miércoles, 14 de diciembre de 2011

Acción, reacción 



ACCIÓN: Texto de Xavier Jordán, "Amores célebres" publicado en OPINIÓN en el suplemento semanal Ramona.

REACCIÓN: 

- Carta enviada al director de OPINIÓN, por Cecilia Estrada Ponce Zarina Aruzamén Zambrana     Directora Ejecutiva    Responsable Comunicación OEG.  

- Texto de Jenny Ybarnegaray Ortiz  "Un misógino rupestre habita la Alcaldía de Cochabamba".


ACCIÓN:

Amores célebres

Por: Xavier Jordán A. | 11/12/2011




El pasado 8 de diciembre se cumplieron 31 años de la muerte de Lennon. La tradición nos quiere hacer creer que al extraordinario John Winston lo mató la bala asesina que le disparó un neurótico llamado Mark Chapman, en el mero ingreso de su departamento del edificio Dakota, en pleno Central Park, en la Gran Manzana. O sea Nueva York. A miles de kilómetros de donde se supone debería estar. O sea Inglaterra. ¿Qué carajo tenía que hacer John Lennon en Nueva York esa fecha y a esas horas? Nada. No estaba de gira, no tenía que visitar a sus parientes lejanos, no debía firmar ningún contrato con un sello discográfico made in USA, ni siquiera estaba visitando la puñetera estatua de la Libertad. No. Se había mudado a gringolandia acompañando las ambiciones de su parejita. La Yoko Ono. Se fue detrás de la zorra a territorio comanche y un inadaptado psicópata le clavó tres tiros. Pero eso es meramente dato anexo. Lo cierto es que, a Lennon, lo mató Yoko Ono.



Desde que se conocieron los tortolitos, la súper posesiva japonesa ejerció un control total sobre el inseguro y ególatra Juanito. No es que ella lo haya hechizado con sus artilugios de horrible bruja. Ella no era eso. Bruja, digo. Era una imitación de artista hecha a la vanguardista. De esas que se pintan un pezón de verde y dicen que es arte “concreto” o se la pasan gritando durante toda una noche y aseguran que están haciendo “happenings”. Impostora, mediocre y fea, esta mina sembró cizaña entre los otros escarabajos del cuarteto de Liverpool y, no contenta con ello, tomó posesión del alma y cuerpo del compositor de A day in the life. ¡La obra superior del rock universal!, degradada por siempre en los recónditos parajes indefinidos de una doña nadie. Y esa es la cruda realidad. La historia de amor que después se construyó en torno a los amantes, es pura versión pelotiwood. Charly García lo entendió muy bien porque cuando le presentaron a la oriental esa, en una exposición de Buenos Aires, el dios le increpó de frente: “Por tu culpa se separaron los Beatles -le dijo-… y también Sui Géneris”. Si dios lo dice, es cierto. La separación del cuarteto supuso la mudanza de Lennon al país de las maravillas, la mudanza implicó su asesinato, ergo, la Ono mató a Lennon.



Como la tal Sahara mató a Baudelaire. La tal Sahara era una ramera judía del barrio latino de París que, al igual que la otra, no gozaba de atributos físicos rescatables. Calva, bizca y al parecer medio hediondilla, le sirvió al vate francés como musa y también como antimusa. Eso hay que reconocer, el cosmopolita poeta parisino, era hombre de más mundo que el portuario trovador liverpuliano. Baudelaire no cayó en la trampa del “amor fou” como Lennon, y se dedicó a una aduladora vida de mimamiento a su fea. No señor. El franchute la ultrajó en público cuando así requirió la situación, le dedicó un par de poemas severamente humillantes, se divertía haciéndole notar su ignorancia, y no descarto la posibilidad de que, oportuna y justamente, le haya cascado un par de porrazos ligeros. Nada que no se merezca, digamos. Pero aún soportando las contradicciones de carácter del bardo, la muy pindonga de Sahara le ocultó hasta el final su pequeño secretito. ¡La hurgamandera tenía sífilis! Así que, astutamente, le aguantó y le aguantó los desmanes mientras el poeta maldito se podría por dentro -y por fuera- irreversiblemente hasta acabar como queso gruyere en un hospital de quinta de París, pobre y solitario como una tenia, y maldiciendo en secreto a la furcia judía.



Siempre me molestó la idea de que una actriz como Salma Hayek tuviera que interpretar el rol de la Frida Kahlo. Hayek es una mujer en todo el sentido de la palabra. Hermosa, escultural de los pies a la cabeza, encantadora y simpática de trato, ubicadísima y con dos dedos de frente. ¿Qué tiene que ver con la desequilibrada loca de la Kahlo? Esa se chupó la esencia del extraordinario Diego Rivera. Lo sedujo con su aire de inocente innovadora, lo maravilló con sus experimentos de surrealista criolla, lo embelesó con el larvario discurso de género y le robó la inmortalidad anticipando estos tiempos políticamente correctos y de “reivindicaciones” de los y las excluidos (as). La Kahlo, más con sus poses de malcriada que de artista ocurrente, opacó la figura de Rivera y, a la par que se divertía con sus amigos y amigas, iba matando poco a poco al más grande muralista de la historia de México. Pinche Malinche, dirían los de Botellita de Jerez, lo Cortez no quita lo Cuauhtémoc. 



Para finalizar el compilado de amores célebres, cómo no hablar de la María Kodama. Esta que en principio se la contrató como secretaria, acabó como depositaria de la obra del venerable Borges. La muy arpía se aprovechó de un pobre hombre en el ocaso de sus años. Ciego, cansado y con los pesares propios de un genio que, de tan humilde, no quiso darse cuenta de su trascendencia universal. No sé a ciencia cierta si el venerable aprovechó los servicios de la fulana, también para remojarse la nutria, pero lo cierto es que le cobró algún tipo de afecto que le hizo dejarle su legado. Ahora, la señorita en cuestión anda haciéndose rica y famosa vendiendo manuscritos que si el buen hombre no publicó en vida, sería pues por algo. Y lo peor, como dice Hernán Casciari, contando intimidades irrelevantes y aún poco creíbles como su última babosidad que afirma que “a Borges le encantaba Pink Floyd”. ¿Y a mi qué coñatura me importa? Dejen en paz al grandote. 



Juro que escuché, una tras otra, posiciones de género y génera que, con la demagogia que les caracteriza, formularon hipótesis tratando de sobredimensionar el papel de estas come hombres, destrozadoras del genio y nefastas influencias sobre la grandeza humana. No me alteran ni me indignan porque ya, hasta estoy acostumbrado, a escuchar y leer porquerías resentidas de estos tiempos profilácticos. Pero ¿no esperarán que me calle, no? No señor, si para eso uno tiene la boquita y la cabecita bien puestas y bien dispuestas a propiciar zarpazos y, a mí que me disculpen pero yo, como Gracián, soy de los que creen que “menos mal te hará un hombre que te persiga que una mujer que te siga”. 



xordanov@gmail.com

FUENTE: http://www.opinion.com.bo/opinion/ramona/2011/1211/suplementos.php?id=2045





REACCIÓN:



Un misógino rupestre habita la Alcaldía de Cochabamba

Jenny Ybarnegaray Ortiz
C.I. 2335810 LP
La Paz, 12 de diciembre de 2011
Confieso que los misóginos me provocan cierta fascinación, son objetos de estudio muy interesantes por cierto, conservan en sí mismos, casi intacta, la filogenia cavernaria más antigua, por mucho que se esfuerzan en esconder sus míseros sentimientos en contra de las mujeres, se “les sale" o –como señala un viejo amigo mío– “se dejan vencer”. Pero el sujeto del que hoy me ocupo, ni siquiera se esfuerza, no pretende ser “políticamente correcto”, este hombre es muy sincero. Procuro imaginar las circunstancias que lo llevaron a escribir su ¿artículo? titulado “amores célebres” y no me alcanza, en mi extensa biblioteca de psicología tampoco encuentro una tipología en la que encaje porque en realidad viene a ser un sujeto que resume diversos síndromes anómalos y no tengo tiempo para ocuparme de su particular patología.
Si el sujeto en cuestión fuera un ebrio hablando babosadas en un bar de mala muerte quizás no merecería mi atención, pero sucede que funge como “Director de Comunicación” del Municipio del Cercado de Cochabamba, nada más ni nada menos. Quizás a ello se deba que el periódico “Opinión” de esa ciudad le haya dado cabida en “Ramona” para publicar sus dislates que, dicho sea de paso, conforman una cadena de adjetivos patéticamente vulgares. Pena por esa prensa mediocre que no tiene mejor cosa para divulgar que un ridículo alegato en procura de “demostrar” que fueron las mujeres de célebres hombres de mundo las culpables de sus infortunios. Incluso, a una de ellas –Yoko Ono–, llega a culpar del asesinato de su marido, hipótesis que merecería la reapertura del caso si no fuera que el mundo sabe bien quién y por qué haló del gatillo para privarle de un hombre maravilloso como lo fue John Lennon.
Pero, ese no es el tema, ese es nada más el pretexto que encontró el sujeto en cuestión para dar rienda suelta a su rupestre misoginia, para expresar su airada cólera en contra de cualquier mujer que habita este planeta. Allá él con sus problemas de personalidad, con sus tristes frustraciones y su absoluta incapacidad de entendimiento para ubicarse en un mundo que hace mucho atrás ha puesto un alto a sujetos de su especie, enarbolando los derechos humanos de las mujeres. El tema que realmente preocupa es que sujetos como ese tengan cabida en altos cargos de responsabilidad pública. Si así se expresa el “Director de Comunicación” del municipio de Cochabamba ¿qué se puede suponer de lo que sucede en su entorno?, ¿será que esas expresiones circulan con la mayor naturalidad en las reuniones de la alta jerarquía municipal?, ¿qué se puede pensar del Alcalde que lo puso en ese cargo?, ¿será que comparte con su amigo esos sentimientos de intolerable desprecio por las mujeres? Y si así fuera ¿qué pueden esperar las cochabambinas de la gestión municipal?
Dirá quizás el sujeto que no odia a “todas las mujeres”, sólo a las feas, a las que se destacan al lado de sus hombres o por encima de ellos. Traigo el asunto a colación porque entre los múltiples subterfugios que encuentra la misoginia para expresarse están excusas como esa y bueno es ponerlas al descubierto. La misoginia no tolera que las mujeres se destaquen en campo alguno, las quiere modositas y agachadas, serviles y sumisas, planchando camisas y sirviendo de peldaño a los “hacedores de la civilización”, muchos de quienes pretextan su génesis animal para justificar aberraciones de cualquier tipo, porque son ellos mismos quienes se dan la libertad de colocar el instinto por encima de la razón cuando procuran explicar su indomable violencia.
Así, por ejemplo, el autor de semejante estropajo escrito, justifica la habitual violencia machista contra las mujeres diciendo “no descarto la posibilidad de que, oportuna y justamente, [Baudelaire] le haya cascado un par de porrazos ligeros [a Sahara]. Nada que no se merezca, digamos. Sepa el Director de Comunicación del municipio de Cochabamba –y su esposa e hijas, si las tuviera, pobrecitas ellas– que la violencia contra las mujeres es un delito penado por ley y que hacer apología de la misma constituye otro delito tipificado. No obstante, más allá de las normas que en nuestro país abundan para ser irrespetadas e incumplidas por la mayoría de la gente, peor aún si ostentan cargos de responsabilidad pública, están los principios básicos que sustentan la idea de este “proceso de cambio” del que ya poco podemos esperar, dirigido como está por tipos de su calaña.
Nota: Por si alguien que lee este artículo no supiese a qué me refiero, favor de remitirse a http://www.opinion.com.bo/opinion/ramona/2011/1211/suplementos.php?id=2045


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Cochabamba 14 de Diciembre de 2011 


Señor: 

Edwin Tapia Fontanilla 

DIRECTOR OPINION

Presente.- 



REF: Indignación y rechazo por publicación de artículo ofensivo para las
mujeres en suplemento semanal La Ramona. 



De nuestra consideración.



El Observatorio de Equidad de Género - OEG, del Instituto de Formación Femenina Integral - IFFI, en su componente de Comunicación, realiza desde hace 4 años la observación de diferentes productos comunicacionales, desde una perspectiva crítica de género, realizando monitoreo permanente, canalizando denuncias, generando investigaciones y otros materiales de incidencia.



La presente nota tiene la finalidad de expresar nuestra indignación por la publicación del artículo “Amores Célebres” del señor Xavier Jordán, en el suplemento La Ramona del día 11 de diciembre de los corrientes, difundido junto con el diario que usted dirige, tanto en su edición física como digital. 



El contenido claramente misógino y sexista, transmite y defiende definiciones negativas de femineidad y promueve actitudes de desprecio hacia las mujeres a través de varias formas de inferiorización, ridiculización, culpabilización y violencia (para graficar citamos fragmentos: “horrible bruja”, “impostora, mediocre y fea” “…al igual que la otra, no gozaba de atributos físicos rescatables, calva, bizca y al parecer hediondilla..”, “…desequilibrada y loca..”, “…come hombres, destrozadoras del genio y nefastas influencias sobre la grandeza humana”, etc.). Del mismo modo hace una justificación y apología de la violencia hacia las mujeres (“…la ultrajo en público cuando así lo requirió la situación.., oportuna y justamente, le haya cascado un par de porrazos ligeros. Nada que no se merezca.”). Entre otras cosas, promueve también racismo y xenofobia (… ramera judía del barrio latino…). 



A este penoso conjunto de diatribas, injurias y ultrajes a las mujeres, se suma la visión claramente androcéntrica de este señor, que no toma en cuenta a las mujeres lectoras de este suplemento, quienes merecen respeto. Todavía más preocupante es que este tipo de escritos promueven y/o refuerzan la naturalización de la violencia machista, el odio hacia las mujeres y la justificación o incluso la estimulación de las acciones derivadas de este odio, en una sociedad profundamente patriarcal como la nuestra y que enfrenta cotidianamente el grave flagelo de la violencia contra las mujeres. 
Con esta publicación se atenta a los derechos de las mujeres establecidos en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, CEDAW . 34/180, 34 U.N. GAOR Supp. ONU Doc. A/34/46, que prohíbe la discriminación, de derecho o de hecho, directa o indirecta, contra las mujeres; de igual forma se infringe la Convención interamericana 



para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer “Convención de Belém do Pará”, que establece (Art. 6) el derecho de toda mujer a una vida libre de violencia incluye, entre otros:
a) El derecho de la mujer a ser libre de toda forma de discriminación, y
b) El derecho de la mujer a ser valorada y educada libre de patrones estereotipados de comportamiento y prácticas sociales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinación.



Ambas convenciones han sido ratificadas por el Estado Plurinacional Boliviano. 



Se ha vulnerado igualmente los artículos 14 y 15 de la Constitución Política del Estado y también infringe la Ley contra el racismo y toda forma de discriminación que en su Art. 5 define entre otros la Misoginia como “Cualquier conducta o comportamiento de odio manifiesto hacia las mujeres o género femenino, independientemente de la edad, origen y/o grado de instrucción que logre o pretenda vulnerar directa o indirectamente los Derechos Humanos y los principios de la presente Ley” asimismo establece en los incisos c) y d) del acápite III: 



c) Los medios de comunicación públicos y privados deberán proveerse de mecanismos internos que garanticen la eliminación del racismo y toda forma de discriminación, en relación a su responsabilidad de generar opinión pública conforme a la Constitución Política del Estado.
d) Disponer que los medios de comunicación, radiales, televisivos, escritos y las nuevas tecnologías de la información y comunicación, como el internet, eliminen de sus programaciones, lenguajes, expresiones y manifestaciones racistas, xenófobas y otros de contenido discriminatorio. 



Igualmente la Ordenanza Municipal de Cercado 4023 relativa a la Publicidad Sexista que en sus consideraciones establece, “Que los medios de comunicación masiva juegan un importante papel en la configuración del imaginario social, la estructuración de identidades, la asignación de roles, la transmisión de reglas de convivencia y formas de relacionamiento social.”



En este marco, le informamos a usted que estamos canalizando una denuncia ante el Tribunal de Ética Periodística de la ANP, Asociación de la que el medio que usted dirige forma parte. Asimismo y ante las innumerables muestras de rechazo al contenido y al “estilo” de este señor, estamos impulsando una campaña consistente en no comprar los domingos el diario Opinión en tanto el suplemento La Ramona siga publicando las diatribas del Sr. Xavier Jordán.



Finalmente, apelamos a que su diario, en el marco de la responsabilidad social que entendemos orienta su trabajo, tome los recaudos necesarios para evitar la publicación de contenidos sexista y ofensivos contra las mujeres, que nos constituimos en un gran número de lectoras, y más bien, contribuya a la conciencia ciudadana frente al reto de hacer realidad la igualdad entre hombres y mujeres.



Con este ingrato asunto, hacemos propicia la oportunidad para enviarle un atento saludo. 



Cecilia Estrada Ponce Zarina Aruzamén Zambrana 
Directora Ejecutiva Responsable Comunicación OEG

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